Las Diosas más importantes de la polis griega se hacen presentes en esta obra: Atenea, Hera y Afrodita. El amor, la familia, la sabiduría, que circulan en el eterno acontecer del hombre. El legado va más allá de la imagen, del nombre, del momento: tres regentes que dominan la vida desde ayer y por siempre. Quienes fueron representan también quiénes somos, y quienes seremos.

¿Quién tiñe tus ojos de recuerdos cuando miras al cielo? Solo tú sabes qué se siente ver con amor y nostalgia la memoria de quienes nunca olvidarás. La mirada, y solo ella, me dice cuánto extrañas a aquellos que pusieron una luz en tu vida, pero tuvieron que partir.  Es la eternidad en tus ojos, el presente y el pasado jugando a encontrarse en tus pensamientos. Nunca se fueron, porque existen en ti.

Por la eternidad, dioses y ángeles protegen este páramo donde descansan nuestros seres queridos.

Apolo contra las bestias, desafiante, gris, nos cuestiona en el presente ¿es este el valor que damos a otros seres? ¿La violencia procede del hombre, o de la fiera? Eterna escena, que nos apela por justicia para todo ser viviente, en todos los tiempos. El ocaso de una era sin amor al otro debe amanecer en una nueva comprensión de la vida, por el bien del mundo y de quienes lo habitan. En la eternidad, ninguna vida tiene más valor que otra.

Venus, las Tres Gracias, Iris, pintadas en el pasado por artistas italianos son traídas aquí para recordar el lugar de la mujer en el arte a lo largo de la historia. No solo la belleza se evidencia en estas divinidades griegas, sino también el poder que llevan consigo y su papel en el devenir humano. Eternas, como aquellas voces antiguas de mujeres cuyo poder yace en el recuerdo legado a sus descendientes. Dícese abuelas, madres, hijas… aún se escuchan después de su ausencia física.

Lo que se plasmó en este mural fue la línea temporal en el espacio tiempo entre el cielo y el infierno que nosotros habitamos con cierta rebeldía.

Por eso la figura principal tiene la mitad de la cara tapada, adaptado al tiempo pandémico que estuvimos atravesando. Mediante la combinación de arte urbano (grafiti) utilizando colores flúor y tonos que van de cálidos a fríos.

La Subsecretaría de Deporte, Cultura y Turismo de la comuna capitalina informa que ya se encuentran abiertas las inscripciones para participar del tradicional certamen de Pesebres Navideños Formoseños que se extenderá hasta el 18 de diciembre.

El pesebre representa un nuevo mundo, donde la esperanza reina y da a los hombres otra oportunidad. El espíritu del nacimiento radica el resurgimiento del amor como valor    esencial, que permite reconocer en el otro a un hermano, que nos da la capacidad de la caridad y el respeto por la vida humana".