Ante la inminente habilitación del nuevo Paseo Ferroviario, que forma parte de la primera edición del mega evento “Formosa a Toda Costa”, la nostalgia se apoderó de muchos de los que caminaron en esos andenes en sus épocas de esplendor, entre ellos don Félix Díaz, actual encargado del Museo Ferroviario
Tanto él, como otros ex agentes ferroviarios, comparten mates y charlas bajo la arboleda que alberga al museo, recordando anécdotas que dejaron ecos en el viejo cuadro de estación donde se ven a diario. “Yo ingresé en el año 1983 a trabajar en el Ferrocarril – contó Díaz –, cuando existía todavía un gran movimiento, tanto de transportes de cargas en general, de pasajeros y de personas que manejaban el Ferrocarril”, dijo. “Por aquellos días, en los talleres trabajaban personas de distintos oficios: carpinteros, albañiles, pintores y artesanos, que eran los encargados de mantener el lugar. Yo, particularmente, ingresé a trabajar en Vías y Obras, que es donde actualmente se emplaza el museo, donde los maestros mayores de obras y técnicos en construcción se encargaban del mantenimiento de la infraestructura de las vías, reparación de puentes, alcantarillas y todo lo que respecta a la seguridad del movimiento de los trenes”, comentó.
“En el 93, ya fue mermando el transporte de cargas y de pasajeros, sobre todo en lo que respecta a la periodicidad, porque ya no venían más tres veces por semana, sino uno, y, además, fue mermando el traslado de personas desde el interior hacia Formosa, teniendo que ver con ello la pavimentación de la Ruta 81 y el crecimiento de otros medios de transporte, como minibuses y remises, entre otros, dejando de ser el ferrocarril la única opción para trasladarse. Esto fue quitando pasajeros y cargas, ya que también entraron más camiones para transporte, y de a poco se fue apagando el sistema ferroviario” dejó entrever con cierta pena.
También las decisiones políticas tuvieron su golpe en el déficit ferroviario, destacó Díaz, “porque en aquel momento se decía que todo ramal que ocasione pérdidas iba a ser clausurado, y en el año 93 se dio ese gran cierre de ramales y comenzaron a privatizarse muchos servicios, el ferroviario entre ellos. Desde ese momento hubo un despido irracional, porque de 150 mil operarios quedaron solo 1.500, aproximadamente, y a partir de ese momento las empresas privadas solo se enfocaron en el transporte de cargas y el de pasajeros dejó de existir, porque se dedicaban trenes completos a las cargas”, recordó. “Acá quedó la empresa Minetti, que transportaba dos veces por semana cemento y funcionó mucho tiempo aquí, en el galpón de cargas, coincidiendo con la exploración del petróleo en Formosa, cuya compra por parte de Paraguay aumentó la actividad, habilitándose nuevamente la planta de YPF para trasladar desde Palmar Largo hasta Formosa tres veces por semana. El azúcar también se transportaba por medio de tres trenes enteros para la empresa Coca Cola, cuando estaba Yege, y luego de unos años las empresas privadas dejaron de invertir en reacondicionamiento de vías, las que fueron deteriorándose de a poco, complicando el desplazamiento en general, con las consecuencias que trajeron al dejar de circular por completo. Fue así que, sin clausurarse, cesó toda actividad, por lo cual la maleza fue ganando terreno, las vías fueron deteriorándose, comenzaron a saquear durmientes, rieles y hasta algunos edificios del cuadro de estación fueron destruidos. Aquí quedamos un grupo de cinco ex ferroviarios, entre el jefe de estación, auxiliares y personal de mecánica, que fue cuando nos dieron la tarea de mantenimiento, control y vigilancia”, detalló el ex ferroviario.
Al relatar cómo se dio la iniciativa del Museo Ferroviario, Díaz afirmó que “fue por iniciativa de quienes nos quedamos acá. Al ver que estábamos sin una actividad fija, decidimos mostrar a la gente lo que fue nuestra historia, que es muy rica, ya que toda Formosa comenzó a poblarse a medida que crecía el Ferrocarril; por lo que decidimos, entre cuatro personas, en sintonía con Patrimonio de la Provincia, habilitar el museo en diciembre del 2014. Esto fue creciendo cada vez más, nos dedicamos a investigar y acopiamos bibliografía, planos y objetos antiguos que exhibimos aquí y que estaban en este mismo edificio de Vías y Obras o bien en la Estación”.
El coqueto Paseo Ferroviario
En cuanto al remozado Paseo Ferroviario, próximo a inaugurarse, expresó que “es invaluable que se haya recuperado el patrimonio histórico cultural para que lo pueda disfrutar nuestra gente, además de convertirlo en un paseo tan lindo. Ver que se están poniendo en condiciones tantos objetos olvidados me da una sensación de alegría, a pesar de los momentos que pasamos en nuestro trabajo, porque es como contar la historia a los chicos de hoy y no solo en forma verbal, porque van a poder tocar esos vagones, esas estructuras imponentes, niños que nunca vieron un tren llegar, con la esperanza de que otras decisiones políticas vuelvan a hacerlos circular algún día”.
“Es importante recuperar un paseo que va a ser de toda la comunidad, con lo que significa tener una alternativa más de paseo y esparcimiento informativo, teniendo en cuenta que hasta hace poco era un espacio inaccesible, y ver este cambio nos hace sentir orgullosos como ferroviarios, a nuestros compañeros y a la familia ferroviaria toda”, destacó Díaz.
Finalmente manifestó su gratitud con el Intendente Jorge Jofré “por habernos tenido en cuenta a la hora de la restauración, ya que se nos ha consultado acerca del rearmado del lugar, de las máquinas y vagones, sus formas, colores y accesorios, para que queden tal como eran antes, con la esperanza de poder complementar el Paseo Ferroviario con el Museo y, también en un futuro, pensando en unirlo con el taller trasero, que cuenta con mucho material de la época. Contamos la historia de cada vagón y de cada pieza restaurada o recuperada para que todos tengan conocimiento del rol que cumplían en aquellos tiempos, y es por ello que damos las gracias, porque consideramos que todo esto es también un merecido homenaje a la gran familia ferroviaria”, concluyó.
